Depósito 2
El 97% del agua de Nueva York llega a su destino por gravedad, habiendo sido bombeada previamente a estos depósitos situados en las azoteas. Una ordenanza particular obliga a que cualquier edificio de más de seis pisos tenga una torre de agua o depósito para evitar que la presión de la red sea excesiva. El agua es bombeada a los tanques de noche y se descarga durante el día.
El agua se eleva mediante bombas hasta el depósito. Una vez allí, y por la propia gravedad, el agua se reparte con facilidad hacia las casas y el sistema de incendios. Cuando el nivel del agua se encuentra demasiado bajo, una válvula flotante envía una señal a una bomba para que empiece a rellenar el tanque de nuevo.
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